Al hospital de la Policía Nacional, en Quito, llegó este viernes el presidente de la República, Rafael Correa, para participar de la reconstrucción de los hechos ocurridos el 30 de septiembre del 2010, cuando el mandatario estuvo por varias horas en el lugar, antes de ser sacado por un grupo de policías y militares, tras un cruce de balas en los exteriores del centro médico.
Estuvo junto a él Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura y Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia, entre otros.
Durante la reconstrucción de los hechos, Correa explicó al fiscal y a los peritos venezolanos cómo desde la ventana del antiguo Regimiento Quito Nº 1 trataba de conversar con los policías.
El presidente, quien estuvo en el sitio de la diligencia hasta aproximadamente las 10:00, se colocó una máscara y usó un bastón para recrear la salida del Regimiento.
Todo bajo la atenta mirada de los siete peritos de la Unidad de Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales, del Ministerio Público de Venezuela.
Correa fue recibido con gritos de policías que actuaron como manifestantes y hasta se lanzó humo para simular la quema de llantas. Luego, ingresó a las oficinas y asomó por la ventana por la que, hace casi cinco años, trató de dirigirse a los uniformados antes de gritar: “Señores si quieren matar al presidente, aquí está. Mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor”, mientras abría su camisa.
En esta ocasión, solo tomó un micrófono y gesticuló mostrando al fiscal Fabián Salazar y a los peritos su actitud frente a los policías sublevados.
Para la reconstrucción se cerraron varias calles de los alrededores del hospital de la Policía. La atención fue momentáneamente suspendida lo que causó molestia a los usuarios.
En una segunda parte, Correa se puso una máscara antigás y tomó un bastón para mostrar su intento de dirigirse primero al cuartel del GOE y luego su llegada al hospital policial. Incluso el mandatario simuló cómo cojeaba ya que, días antes de la manifestación policial, había sido sometido a una operación de la rodilla derecha.
A las 10:00 terminó la diligencia y Correa abandonó el sitio sin dar declaraciones. Tampoco lo hicieron sus funcionarios, salvo Mera que se refirió a otros temas de actualidad.
Por su parte, el fiscal Salazar defendió la presencia de los peritos venezolanos y dijo que “la imparcialidad procesal sale fuera de contextos de explicaciones políticas”. El funcionario agregó que con la reconstrucción se determinará quiénes intervinieron en el delito que se está investigando. La diligencia judicial se extenderá hasta el lunes y martes próximos.

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