La británica Doris Long, de 101 años, batió hoy su propio récord como la persona más anciana que hace rápel al culminar un descenso de 94 metros en un edificio de Portsmouth, en el sur de Inglaterra.
Pese a tener que combatir al viento y la lluvia, Long dijo que no sintió "ningún miedo" al realizar su hazaña, que pretende repetir el año próximo, cuando habrá cumplido 102 años, para mantener su récord Guinness.
La anciana, que destina los fondos recaudados con sus descensos a una residencia local para enfermos terminales, descendió, sujeta con cuerdas y arneses, la llamada torre Spinnaker de la ciudad de Portsmouth.
En mayo del año pasado, Long, apodada "Daring Doris" (la atrevida Doris), también consolidó su marca mundial con un descenso para celebrar su 100 cumpleaños.
"No tengo miedo ni nunca lo he tenido, tengo un carácter plácido", declaró hoy esta tatarabuela, que realizó su primer descenso de rápel a los 85 años.
También señaló que vive "con la esperanza" de volver a hacerlo el año próximo.
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